En Buenos Aires sucedió un hecho insólito, el 9 de julio, aniversario de nuestra Independencia, nevó durante muchas horas, lo cual no sucedía desde el año 1918. Muchos pensamos que podía ser una consecuencia del calentamiento global pero, aparentemente, los expertos no lo ven de esa manera. Lo que sí se puede decir es que se produjeron colisiones entre vehículos por la falta de experiencia de los conductores que no están habituados a conducir sobre la nieve. Así, llegaron a CESVI, numerosas consultas que evacuaron a través de una gacetilla enviada a los medios.

Nieve y Hielo sobre asfalto… Ingredientes peligrosos

El hielo y la nieve, aunque parezcan prácticamente lo mismo, no lo son. Pueden darse habitualmente en forma conjunta o separada. Pero es importante distinguir cuáles son las características de cada uno de ellos.

La nieve en su etapa inicial se presenta como polvo blanco y el primer efecto negativo que ejerce sobre el conductor es la pérdida de visibilidad. Si cae de una manera muy copiosa genera un efecto parecido a la niebla, y se hace muy difícil penetrarla con los faros del vehículo, especialmente en la conducción nocturna. A medida que se va acumulando sobre el camino, comienza a afectar la adherencia de los neumáticos y la tracción.

La mayor dificultad aparece cuando la nieve depositada se congela y se convierte en hielo. Por su parte, el hielo se presenta como una superficie sólida pero de muy baja adherencia. Es muy difícil de percibir con antelación -sobre todo de noche- ya que no presenta continuidad en toda la ruta. El tránsito sobre la misma se hace por demás inestable y traicionero apareciendo por tramos sorprendiendo, al conductor, ya que depende de varios factores (como la humedad particular del lugar, el nivel de vientos, la exposición al sol, etc).

Este fenómeno genera una verdadera pista de patinaje, lo que se denomina adherencia cero. En ese momento un neumático convencional pierde absolutamente la adherencia y cualquier acción brusca que se ejerza sobre el vehículo se traducirá en un trompo. La “adherencia cero” no se produce sólo por las nevadas. Es posible encontrarla en muchos lugares donde nunca ha nevado. El frío sobre la humedad ambiente o el rocío también pueden generarla. Resulta peligrosa porque es muy difícil de percibir a simple vista. El conductor se da cuenta de su presencia recién cuando el vehículo comienza a dar trompos debido a la baja adherencia entre el neumático y el suelo afectando la estabilidad del vehículo.

A través de nuestra experiencia podemos afirmar que es tan peligrosa la presencia de hielo sobre asfalto como sobre el ripio. Sin embargo, la forma en que se involucran los conductores es diferente en cada una de éstas. En las primeras, las velocidades de circulación son superiores, por lo que la presencia de hielo sorprende al conductor en una condición muy desfavorable, llevando al descontrol total. Es común que se involucren todos los conductores que transitan por esta zona, salvo que los vehículos estén equipados con neumáticos especiales.

En el ripio, que presenta humedad permanente, es posible encontrar hielo en toda la pista porque la temperatura es inferior a cero grados centígrados. Es por este motivo que el conductor circula con una actitud más precavida y expectante.

De todos modos hemos encontrado en estos caminos situaciones absolutamente extremas y peligrosas como, por ejemplo, que el mismo se encuentre borrado por acumulación de nieve y los conductores se accidenten al perder la huella. Es común en estas condiciones quedar atascados en lugares de nieve muy blanda sin contar con elementos especiales como doble tracción o cadenas en las ruedas. De esta manera se hace muy difícil superar la situación.

Recomendaciones

En la conducción, una pequeña maniobra en la dirección lleva con facilidad al trompo, y el freno es casi una mala palabra.

En la medida de lo posible, deberán usarse cubiertas con clavos o spraid sobre la banda de rodadura para aumentar la adherencia: De más está decir que el tránsito sobre hielo darse ser a muy baja velocidad.

Pise el pedal de freno con mucha suavidad para evitar el bloqueo de las ruedas. Si su automóvil cuenta con ABS pise el pedal de freno a fondo.

Es común encontrar hielo en puentes o rutas a sobre nivel más expuestas a los vientos. Si pierde el control del vehículo, no frene, levante suavemente el pie del acelerador e intente controlar el vehículo usando el volante.

Tenga en cuenta que las acciones sobre la dirección deben ser mínimas si quiere que el vehículo le copie la maniobra.

La colocación de cadenas sólo es efectiva para trayectos cortos. Tenga en cuenta esto ya que es posible que en uso continuo dañe el pasarruedas del vehículo o que dichas cadenas puedan tomar un juego excesivo.

La colocación de aditivos al agua o al combustible evita el congelamiento.

Tanto el hielo como la nieve ofrecen una de las variables climáticas más desfavorables para la conducción. Sorprenden y es muy difícil controlar el vehículo. Prevéngase.

CESVI ARGENTINA S. A.