Esta investigación correspondiente a Agosto 2015 realizada OVILAM – Observatorio Vial Latinoamericano, se transcribe textualmente tal como llegó a nuestra redacción porque es sumamente importante leerla en su totalidad.

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En los últimos tiempos hemos recibido un bombardeo de información sobre los controles de alcoholemia y la influencia del alcohol en la conducción, todo ello de la mano de casos resonantes. El dilema es poder discernir cuánto hay de verdad y cuanto de mito en todos estos comentarios.

A las ya conocidas legislaciones de alcohol cero implementadas parcialmente en la provincia de Córdoba y totalmente en Salta, se ha sumado el decreto promulgado en La Rioja donde se reduce el límite de alcohol en sangre para conductores particulares de 0,5 a 0,3 gr.de alcohol/lt de sangre. Las mismas intenciones parecen tener tanto en Rosario en particular como en la provincia de Santa Fe en general en lo que respecta a legislar la alcoholemia cero.

De todas estas nuevas legislaciones han surgido y se han escuchado innumerable cantidad de afirmaciones que, en gran medida, son completamente erróneas. Trataremos de enunciar algunas de ellas y explicar la verdad al respecto.

1. La mayoría de países ya tienen tolerancia cero, entre los de la región se encuentran Uruguay, Chile y Colombia: Esto no es cierto. Hay solo 8 países en el mundo que legislaron la tolerancia cero, pero ninguno de ellos la aplica en la realidad, ya que la multas se aplican a partir de los 0,2 grs. de alcohol en sangre. En los casos de Chile y Uruguay el límite está establecido en 0,3 grs de alcohol en sangre y en Colombia tiene rangos que parten de 0,2 a 0,39 grs de alcohol en sangre. No se debe confundir el título de la ley con lo que se expresa en el cuerpo de la misma.

2. Los países más desarrollados tienen tolerancia cero al alcohol: Esto no es cierto. Suecia, por ejemplo, tiene como límite 0,2 grs de alcohol en sangre y Japón 0,15, pero en la otra punta de la tabla EE.UU., Irlanda o Inglaterra tienen una tolerancia de 0,8 grs de alcohol en sangre. Sin embargo la OMS recomienda como límite máximo 0,5 grs.

3. Los países con límites más rigurosos de alcoholemia tienen menor siniestralidad provocada por conductores alcoholizados. Esto tampoco es cierto. Los países que mejores resultados han conseguido son aquellos que tienen límites máximos establecidos entre 0,2 y 0,5 grs de alcohol en sangre pero que han desarrollado excelentes planes de educación y concientización y por sobre todas las cosas, intensos programas de control en la vía pública. En el caso de Suecia han llegado a realizar 700 controles cada 1.000 habitantes.

4. Los etilómetros tienen errores despreciables: Esto no es cierto. Los aparatos que se utilizan habitualmente tienen un margen de error del 3% en el rango de medición de 0 a 0,5 grs, del 8% entre 0,5 y 2 grs y del 30% en mediciones mayores a 2 grs de alcohol en sangre. Esto marca claramente que desde el aspecto técnico es “imposible” legislar la Tolerancia Cero.

5. Hay sustancias que consumidas antes o después de haber bebido alcohol, engañan al etilómetro: Esto es completamente falso. La única forma de que desaparezcan los efectos del alcohol en el organismo humano es el paso del tiempo. El cuerpo necesita “tiempo” para metabolizar el alcohol y esto no se puede contrarrestar a través de ninguna sustancia como los granos de café, pastillas mentoladas, la ingesta de agua en grandes proporciones o el consumo de preparados a base de claras de huevo.

6. Hay gente que maneja mejor después de haber bebido alcohol: No solamente no es cierto sino que es peligroso. El alcohol acciona sobre el sistema nervioso central. En una primera etapa genera desinhibición por lo que mucha gente se anima a hacer cosas y a tomar riesgos que de otra forma no haría. Lo ideal es no consumir “nada” de alcohol si se debe conducir. ¡Si bebió NO maneje!

7. Los conductores con niveles de alcoholemia entre 0 y 0,3 grs son un gran peligro para el entorno vial: Un estudio de la UNASEV de Uruguay demuestra que entre 30.700 casos de personas que participaron de siniestros viales con heridos en año 2014, el 93,3% no tenía ningún rastro de alcohol en sangre y solo el 0,9% presentaban niveles de alcoholemia entre 0 y 0,3 grs. Como es evidente, nadie puede demostrar que el siniestro se hubiese producido por causas de esos bajos niveles de alcoholemia.

8. Pequeños o grandes rastros de alcohol en sangre suponen el mismo riesgo: Esto es falso. En la mayor parte de países que tienen buenas legislaciones en esta materia, se considera “delito” al hecho de superar 1 gr. de alcohol en sangre. En el caso de Chile se considera “ebrio” a quien conduzca con más de 0,8 gr. de alcohol en sangre. En todos estos países, a quienes superen dichos límites, les corresponden multas, penas de prisión e inhabilitación para conducir. En el caso de que generen siniestros con muertes y heridos esas penas se multiplican varias veces.

9. El 50% de los muertos en siniestros viales estaban alcoholizados: Esto no solo no es cierto, sino que no hay “ninguna” estadística en nuestro país que pueda demostrarlo. Sin embargo podemos tomar un caso cercano extraído del estudio de UNASEV en Uruguay. En el año 2014 en el vecino país fallecieron 538 personas en siniestros viales. De ese total solo 10 (1,86%) presentaron niveles de alcoholemia entre 0 y 0,3 grs, 62 personas (11,52%) tenían más de 0,3 grs de alcohol en sangre y los restantes 466 fallecidos (86,62%) tenían “alcoholemia cero”. Recordemos que el valor máximo permitido de alcohol en sangre en Uruguay es de 0,3 grs.

10. El consumo de ciertos medicamentos, los ayunos prolongados o ciertas personas que sufran de diabetes pueden dar “falsos positivos”: Esto es verdad parcialmente. Si bien en cierto que puede darse el caso de que ante un test de alcoholemia el resultado sea distinto de cero, los valores arrojados nunca serán superiores al límite de 0,5 grs de alcohol en sangre previsto para los conductores particulares. Justamente el problema puede surgir con estos casos cuando se intente legislar la “tolerancia cero”.