El "Semáforo ruso", un juego siniestro | EduVia (Educación Vial) ::: 17 Años :::

Cuando pensamos que ya lo hemos visto todo, que en algún momento el estado actual de las cosas hará que naturalmente la situación se revierta, surgen nuevas formas juveniles de expresar una cultura de la muerte.

Ahora las noticias nos informan que hay una nueva manera de poner en riesgo la propia vida y la de los demás, se trata de lo que se ha dado en llamar «el semáforo ruso».

Es algo así como jugar a la ruleta rusa pero a través de picadas, atravesando a toda velocidad los semáforos en rojo, sea en auto o en moto. Por desgracia es una tendencia que cada vez más jóvenes adoptan en la Argentina y, al hacerlo, lo filman con sus celulares y lo difunden via Internet.

Además de violar las básicas normas de tránsito, estos jóvenes, con dicha práctica, ponen en riesgo su vida y los de los peatones que crucen justo en el momento en que se está jugando al semáforo ruso.

En este juego siniestro, pierde el que muere, como pierde en la ruleta rusa quien gatilla justo donde está la bala. A diferencia de las picadas tradicionales, en las que se compite contra otros, en esta práctica se compite contra uno mismo pero, en lugar de un arma, se utiliza un vehículo y el fin último del juego es tentar a la muerte. Pasar un semáforo en rojo a toda velocidad, implica un aumento voluntario de las posibilidades de que ocurra un accidente y quedan involucradas personas que no tenían intención de participar de ese «juego».

Según especialistas en seguridad vial, la única manera de prevenir que esta tendencia se siga difundiendo, es endureciendo los controles de tránsito y poniendo énfasis en las campañas de concientización sobre los riesgos de la irresponsabilidad al volante. Habría que ver si realmente los controles serán efectivos cuando se estén aplicando sobre jóvenes que no tienen el hábito de acatar normas y leyes y que carecen tanto de responsabilidad como de sentido del valor de la vida.

¿Qué es lo que está pasando actualmente como para que muchos jóvenes se estén suicidando por la adopción de actitudes tan riesgosas?. Indudablemente hay una multiplicidad de factores pero hay uno que es clave: si a la vida no se le encuentra un sentido se hace muy difícil vivir porque no hay ilusiones, no hay un proyecto a largo plazo, no hay sanas ambiciones de llegar a ser alguien.
Llegar a ser implica tener un proyecto y cumplir etapas pero, sabemos que hoy es muy difícil para los jóvenes tener una meta y tratar de alcanzarla porque todo cambia muy rápidamente y también porque no hay modelos a imitar, de ahí que traten de quemar etapas, de buscar el riesgo, de vivir al límite y no pensar en el mañana.
Las conductas que se perciben en el tránsito, son la consecuencia de vivir permanentemente en estado de inseguridad e inestabilidad general. No es posible que conscientemente se busque la muerte, a menos que ya no se soporte la vida. Ojalá pronto le encontremos la vuelta para que se revierta esta situación y nuestros jóvenes puedan desarrollarse y vivir rodeados de una cultura que los invite a disfrutar plenamente de su vida y a comprender que, una vez que se la trunca, no se la recupera.
La responsabilidad no es sólo de ellos, sino de las todos los actores sociales porque como dice un refrán africano » para educar a un niño se necesita todo un pueblo «